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Homenaje y Palabras Póstumas a Don Gerardo Silva

El pasado viernes 05 de agosto de 2022 será recordado por mucho tiempo, pues despedimos a una hermosa persona. Nos emocionamos de corazón muchos de nosotros.

Es por eso que el profesor Giovanni Novoa realizo unas palabras la cual representaron a todos los que compartimos. Compartimos con todos estas palabras. 

¿Por qué nos angustia la muerte? ¿por qué, ante el vacío generado por la partida de un ser amado, nos anclamos en la melancolía y el silencio? ¿por qué, pese al consuelo que para muchos ofrece la fe, nos estremecemos y un sopor gélido se anida en nuestros corazones?

Carezco de respuestas ante tan abismantes preguntas. Solo sé que “el viaje definitivo”, como expresara el poeta español Juan Ramón Jiménez, constituye un exilio definitivo, al menos en esta forma de vida y nuestro ser, por definición tiende a proyectarse, a pervivir. Y es de este modo, como nos situamos frente al eterno drama…….. aferrándonos indefectiblemente a nuestros lazos mortales y a condolernos.

Hoy viernes 05 de agosto de 2022, nos hemos congregado para honrar la memoria de un hombre señero: don Gerardo Silva Toro. En el espacio institucional y físico que tanto amó. Su partida marca el término material, corpóreo, de toda una época en la historia de nuestro Colegio, pero nos deja un enorme legado, que aplaca en gran medida el sentirnos privados de su bondad, sabiduría, integridad y visión.

He aquí, el caso de un “trasplantado”, en el mejor de los sentidos. A mediados de los ’70, este señor de mirada cálida y gentil, abandona Santiago de Chile y comienza a echar raíces en una de las ciudades emblemáticas del sur profundo chileno. En definitiva, fue un acontecimiento afortunado para la pedagogía de esta zona del país. Don Gerardo trajo consigo un cúmulo de experiencias e innovaciones, desde la Casa de Bello, vale decir, de la Universidad de Chile. Y pronto recaló ¡en hora buena!, entre nosotros. De ese modo arribó el colega, el docente, el Director de Media, en síntesis, el líder.

En lo personal, tengo plena conciencia del rol formativo, marcador de este Maestro de generaciones. Docentes, estudiantes y personal tanto administrativo como de apoyo a la labor educativa, supimos de la influencia benigna de su personalidad y vocación indiscutibles.

Cómo no evocar su trato gratísimo y en ocasiones, su rigurosidad y determinación al momento de hacer llamados al orden, pero invariablemente, con criterio y rectitud a toda prueba, sin ofender, sin intimidar o generar angustia en sus subalternos. Del mismo modo, acuden a mi memoria variados episodios, donde su palabra constituyó fuente de crecimiento. Por ejemplo, su convicción de que la labor en el aula, entiéndase dedicación, puntualidad y excelencia, son pilares claves para garantizar el llegar a buen puerto en nuestra labor pedagógica. Me atrevo a sostener, sin temor a faltar a la verdad, que menos burocracia y más diálogo pedagógico entre profesor – estudiante en la sala de clase, fue su lema, su declaración de principios en el ejercicio de esta noble profesión. Y como suele suceder, en una persona con su carisma, contaba con un agradable sentido del humor, lo cual lo hacía cercano. Cómo no, si siempre fue un líder de oficina con puertas abiertas.

Tuve la fortuna de laborar bajo su dirección casi 20 años. Él me brindó la posibilidad de entregar lo mejor de mí como docente, dentro de los límites que todos poseemos. Por otra parte, jamás me dejó solo, ni siquiera en mis instantes más oscuros. Pude constatar, pude vivenciar que parte de su grandeza e impacto como ser humano en los demás, radicaba en su proverbial capacidad de empatía, de situarse en el lugar de otro. Desde mi ingreso al Colegio Francés, me percaté que este Señor de la Docencia, estaba ligado a aspectos fundamentales de la historia del Lycee Claude Gay de Osorno. Don Gerardo Silva no solo ha sido señero, como expresé en las primeras líneas de este modesto escrito: don Gerardo Silva es un ícono del Colegio Francés osornino. Sí, dicho de esta forma, así, en presente, porque los íconos son perennes, trascienden la materia y se estacionan en el tiempo y en la historia, bajo la égida de su sensibilidad, talento e inteligencia.

Queridísimo don Gerardo, “jefe” como solía decirle, necesito cerrar estas breves líneas, haciendo alusión a su ejemplar condición de hombre de familia. Su amada esposa Rossi, aquí presente, es parte de su historia, pero en alguna medida también de la nuestra y así como también su hijo artista, el cineasta, que hoy nos vuelve a honrar con su presencia, y que, dicho sea de paso, cuenta con un enorme parecido físico a su Sr. padre. Sepan ambos, que sus vidas estuvieron y seguirán ligadas a un hombre extraordinario.

Finalmente, admirable maestro, solo me resta decirle en nombre de todos quienes tuvieron el privilegio de cubrir un buen trecho de esta ruta existencial bajo su alero, y en el mío propio:

“Hasta pronto Sr. Silva: hasta nuestro inevitable reencuentro”

Su profesor de Español, Giovanni Novoa Gagliardi – Montini